Volvió a brillar Messi

Messi

La gran estrella que tiene el Barcelona F.C. volvió a hacerse presente y a desarrollar un nivel superlativo dentro del campo de juego. Sólo quince minutos fueron suficientes para que el mejor jugador del mundo pueda convertir dos tantos en la goleada de su equipo frente a un combinado de la Liga surcoreana.

Estos fueron los primeros instantes en la cancha de “la pulga” después de haberse disputado el Mundial Sudáfrica 2010, en el cual su Selección quedó eliminado con Alemania en una derrota categórica por 4-0. Ese partido correspondió a los cuartos de final del certamen, en el cual muchos argentinos criticaron su bajo rendimiento en el último partido.

Lo cierto es que esta realidad es opuesta cuando el joven juega con la camiseta de su club. El rival era poco exigente y por eso las virtudes de Messi aparecieron en todo su esplendor. La participación del crack había sido desestimada por el entrenador Josep Guardiola ya que el atacante hacía mucho tiempo que venía disputando partidos oficiales y arrastraba un cansancio muy grande.

El dinero fue el factor fundamental para que los orientales puedan ver jugar al número diez, debido a que se había firmado un contrato en el cual se estipulaba que debería jugar al menos algunos minutos. En el caso contrario, la institución catalana, que hace poco presentó un déficit de 77 millones de euros, tendría la obligación de pagar 200.000 euros.

En el estadio Sangam World Cup había aproximadamente 10.000 aficionados. Esta cantidad es muy baja ya que el establecimiento tiene capacidad para 70.000 personas. Por ese motivo, el aspecto era muy desierto en las gradas, es decir, que muchos individuos de la región se perdieron del espectáculo que brindó Messi.

El primero de los goles que marcó el mejor del mundo fue con una definición muy sutil que ingresó de manera ajustada en el palo del arquero. El segundo fue de una mayor elaboración para que se quede grabado en la retina de todos los espectadores. Messi controló el balón y realizó su típica jugada de derecha a izquierda para definir con su pierna más hábil hacía donde el portero nunca alcanza.

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