Muere otro hincha en Colombia

 

Hace ya muchos años al gran espectáculo brindado por el futbol se le unió el pintoresco e inagotable apoyo de las barras. Nacieron como grupos que tenían como única intención apoyar con cantos y banderas a los rojos, los azules, los verdes y los blancos. Con el transcurso de los años se les cambio el término a “barras bravas” debido a los incidentes que empezaron a producirse en las distintas ciudades de Colombia.

Este tipo de grupos nació siendo una copia de las barras bravas argentinas que empezaron a aparecer en los años ‘60. Siendo una copia, no sólo se copió lo bueno de las barras, la manera de cantar, sino también todo lo malo de ellas como lo es la violencia y la intolerancia.

De esta manera se separaron en un sólo grupo que llenaba las gradas laterales a las que se denominó “populares” y aunque con sus cánticos, banderas y colores cumplían con su objetivo de apoyar a su equipo preferido, eran capaces de matar a alguien que llevara una camiseta diferente a la suya.

Este fenómeno se empezó a mostrar más como tribus urbanas que se encargaban de infundir miedo en los diferentes barrios de las ciudades por medio de grafitis, generando así la violencia en el país. Violencia que está evidenciada con cientos de muertes de hinchas de diferentes equipos de Colombia, mayormente los más “grandes”: Millonarios, Santa Fe, América de Cali y Atlético Nacional, donde algunos de estos sujetos jóvenes han quedado encerrados en cárceles.

Uno de los grandes problemas que radican en la violencia de las barras bravas son la falta de judicialización por parte de las autoridades a los criminales que dicen ser hinchas del futbol. Y la falta de judicialización se debe a que la mayoría de personas que cometen estos hechos delictivos son menores de edad. ¿Cuál es realmente el problema? ¿Es un problema de las diferentes familias, de la falta de oportunidades para los jóvenes que ven una barra como un escape y no se pueden controlar? Simplemente estos hechos son preocupantes y consecuencia de los problemas económicos, culturales y sociales del país.

El último hecho de violencia generado por las barras bravas en Colombia ocurrió el jueves pasado en Manizales. Debido a la celebración de los Juegos Sudamericanos que se llevan a cabo en Medellín, los equipos de futbol de la ciudad no pueden utilizar el Estadio Atanasio Girardot. Por esto el Independiente decidió jugar sus partidos como local en el estadio del Once Caldas: el “Palo Grande”. Ante esta situación los hinchas del DIM debieron trasladarse a Manizales para presenciar a los “Rojos de la Montaña”.

Antes de que comenzara el partido ante Racing de Uruguay por Copa Libertadores, fue asesinado Juan Gómez, atacado en las cercanías del Estadio Palo Grande en un riña callejera contra hinchas del Atlético Nacional, también de la ciudad de Medellín. La pregunta es: ¿que hacía la barra brava del Atlético Nacional en Manizales?

Tras ser herido con un arma blanca, a Gómez de 22 años lo trasladaron a un centro asistencial donde finalmente falleció. El presunto autor del hecho fue capturado el viernes en la noche y se trata de un joven de 21 años que fue identificado por la Policía como Julián Bermúdez Alzate, conocido como “Machucho”.

La situación es preocupante debido a que este fin de semana se lleva a cabo la novena fecha del futbol colombiano, la cual se caracteriza por ser la jornada de clásicos. Algunos de los partidos son: Santa Fe – Millonarios, Deportivo Cali – América y Medellín – Nacional.

Algunos equipos han tomado medidas extremas, como por ejemplo, el Deportivo Cali. En el partido en el que jugaran hoy contra el América, se ha prohibido la entrada de hinchas del equipo rojo al estadio. ¿Es esta la solución? Simplemente es un problema del que son protagonistas todas las entidades públicas, los directivos de los equipos, y la misma sociedad. Sólo se espera que no sigan ocurriendo más hechos lamentables.

por Esteban Noguera

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