El fútbol argentino opacado por la violencia

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La violencia se hizo presente una vez más en el fútbol de la Argentina. Los equipos que se iban a enfrentar adentro de la cancha eran Vélez Sársfield y San Lorenzo de Almagro, en el estadio de la primera entidad mencionada. Sin embargo, en las tribunas todo quedó opacado por la mala situación que se vivía en los alrededores. En las tribunas el clima no era el mejor y ya se empezaban a palpitar los incidentes. Como producto de los mismo, un joven llamado Ramón Aramayo falleció, y después se determinó que los causantes de su muerte fueron los policías.

Todo comenzó cuando el operativo policial desvió mal los micros que trasladaban a los hinchas visitantes. Eso causó que se produzcan cruces entre las dos hinchadas y el malestar ya se empezó a generar. Un tiempo después, se empezaron a registrar movimientos extraños y peculiares en las tribunas. Las piedras empezaron a volar de una hacia otra, y ya el clima tradicional quedaba en el olvido para verse opacado por la violencia. En ese instante, tuvo que intervenir la policía para evitar que todo pase a males mayores.

Luego, los jugadores salieron a la cancha y el partido comenzó sin problemas. Pero cuando transcurrían siete minutos todos los simpatizantes de San Lorenzo sacaron las banderas de la tribuna y se dirigieron a la platea, donde estaba la gente de Vélez Sársfield. En ese momento, se volvieron a producir disturbios, y parecía que la afición visitante no quería que se continúe el partido. El motivo era simple, ya que el rumor no tardó en hacerse presente. Un hincha había muerto en las inmediaciones del estadio y se dio a conocer con mucha rapidez. Como conclusión, el partido se suspendió, y el fútbol argentino volvió a quedar opacado por la violencia.

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